sábado, 24 de marzo de 2012

Invirtiendo en mí

Todos buscamos estabilidad y felicidad. Nos centramos muchas veces en satisfacer a los demás, hacerles las cosas un poco más fáciles y posibilitándoles que se acerquen cada vez un poco más a dicho objetivo. Esto nos crea una falsa sensación interior de satisfacción y de cercanía a la felicidad, pero no nos percatamos de que nos estamos dejando de lado y no invertimos más tiempo y recursos en potenciar nuestras capacidades y potencial interno.
Puede parecer egoísta, pero no es así. Todos tenemos que ser un poquito nuestros y mirar por nuestro estima y nuestro corazón, dejar en un "segundo" plano lo que quieren los demás. Siempre podemos compaginar personas que nos importan con nuestra felicidad.
En mi caso, muchas veces me pregunto si realmente lo hago bien conmigo mismo, si de verdad busco la manera de obtener la recompensa a mi día a día, si realmente me dirijo de la mejor manera posible a mis objetivos y los cumplo.
Cuando pienso en el tiempo que he perdido o he podido perder con personas que realmente, de forma indirecta o directa, no me han hecho bien, trato de comprender que solo han sido fases en mi vida, etapas, lecciones que me ha dado la vida y que me servirán como un incremento en mi madurez y aprendizaje. Este proceso no acaba nunca. Vivimos en un entorno cambiante y nos encontramos con personas y situaciones tan variadas, que nunca sabremos a lo que nos enfrentaremos. La vida es un constante aprendizaje y nosotros somos sus alumnos.ç
Mi propósito este año, como años pasados, es aprender día a día y tratar de buscar esa felicidad propia que todos deseamos, sin dejar de lado a las personas que realmente aprecio y que me demuestran su reciprocidad, todo en su justa medida y procurando que las cosas vayan surgiendo de manera verdadera y especial.